En el año 2012, los conservadores de la National Gallery of Art de Washington D.C. comenzaron a restaurar dieciséis portarretratos de Gilbert Stuart. Los retratos, que incluían los de George Washington y John Adams, se limpiaron a fin de restaurar los colores originales y ver las pinceladas. El aspecto más importante de la limpiezas fue remover el barniz amarillento que oscurecía y opacaba los detalles de la pintura. Los conservadores usaron un solvente diluido para remover el barniz, pero sin dañar las capas originales de pintura. En el caso de uno de los portarretratos, el de Abigail Adams, la remoción del barniz reveló un tocado original que había cambiado durante los quince años que le tomó a Stuart completar la pintura.

La remoción del barniz y la limpieza de la obra a menudo juegan un rol importante en la autenticación de arte, dado que así se pueden obtener nuevos aspectos de la pintura que pueden tener un papel decisivo en la atribución final de la obra.

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